

¿En el final de Marcos 16 hay un pasaje espurio?
Quien aborda este tema por primera vez quizás no sepa que la crítica textual pone en duda (si es que ya no lo ha desechado totalmente), lo que ellos llaman el “final largo del Evangelio de Marcos”. Ellos creen que el Evangelio de Marcos termina abruptamente en el versículo 8, y que los versículos 9 al 20 fueron agregados en posteriormente por un redactor diferente al evangelista Marcos. Nuevamente hoy se reabre la polémica desde un sector del campo conservador, que cree en la inerrancia e infalibilidad bíblica, pero que obviamente ha dejado de creer en la preservación a través del tiempo. ¿Será que el texto más completo de la “Gran Comisión” predicado por los cristianos de todas las épocas es un pasaje espurio? No lo creemos así.
Ataques a la evidencia interna
Desde la época de Griesbach[i] el final de Marcos fue puesto en duda apuntando a la evidencia interna del texto. En la actualidad, también diferentes críticos argumentan que hay una ruptura de la unidad del texto al pasar del versículo 8 al 9, lo que hace suponer que lo que sigue al versículo 9 es un agregado espurio. El mismo pastor John MacArthur[ii], que podría considerarse dentro de la rama conservadora en aspectos de la inspiración bíblica, también argumenta que Marcos concluye en el versículo 8. Él dice que en el versículo 9 aparece un pronombre masculino sin conexión con el antecedente femenino (las mujeres) del versículo 8. Según MacArthur, este pronombre sin antecedente rompe con la estructura natural del texto, haciendo suponer que fue un agregado posterior de otro(s) autor(es).
Ahora, si analizamos el texto griego al cual hace referencia, no existe ningún pronombre de forma implícita (tanto en el texto recibido de Scrivener, que se identifica con la versión King James, como en el Texto Crítico de Westcott y Hort, en el cual se basan las traducciones actuales). Quizá se pueda interpretar que el pronombre esté implícito en el texto a partir del verbo αναστας (anastas), pero justamente este verbo en participio (masculino-singular), cuyo antecedente es el versículo 6 (referido a Jesús), es el que hace una conexión gramaticalmente correcta. No es necesario hacer depender este verbo del sujeto inmediato anterior del versículo 8. Decir que eso rompe con la unidad del texto es un argumento un poco discutible y hasta débil.
Desde luego, MacArthur basa su argumento en las traducciones al inglés, pero cabe mencionar que en la versión Reina Valera en español nos encontramos con una situación diferente. El sustantivo “Jesús” está presente en griego y viene del texto de la edición Políglota Complutense del siglo XVI. Por eso, la revisión Reina-Valera de la Sociedad Bíblica Trinitaria tiene el nombre Jesús (v.9) en letra normal y no en itálicas, debido a que fue la opción original de la Biblia Reina-Valera 1602 con respaldo textual.
¿Qué textos griegos terminan en el versículo 8 en Marcos 16?
Cabe destacar que los manuscritos que terminan en Marcos 16:8 son el Códice Sinaítico y el Vaticano (que son la base textual del Texto Crítico). Allí se resume toda la cuestión del argumento de que “los mejores manuscritos” (como sostienen), no tienen este final largo de Marcos. Invocar a los papiros en este caso es inútil, ya que los cortos fragmentos son, en todo caso, para confirmar textos existentes y no para argumentar porciones que supuestamente faltan. Visto con una analogía: si encontramos una bujía podemos suponer que era parte del motor de un auto, pero no por eso podemos argumentar que el auto nunca tuvo ruedas. De la misma manera los fragmentos de Marcos podrían confirmar algunos versículos (y la existencia temprana del Evangelio) pero no podrían usarse para negar faltantes, ya que con el mismo criterio suprimiríamos cualquier otra parte del texto. Lo que mencionamos parecería una obviedad, pero hemos visto en libros y escuchando en conferencias usar estos razonamientos como si fueran un “gran argumento”.
¿El texto introduce supersticiones?
Hay cierta crítica que quiere justificar la omisión de este pasaje diciendo que el final largo de Marcos introduce supersticiones. Tales críticas se basan en los versículos 17 y 18.
17 Y estas señales seguirán a los que creyeren: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no los dañará; pondrán sus manos sobre los enfermos, y sanarán.
Ell único Evangelio que conecta el relato de Pentecostés y porciones del libro de Hechos respecto a que los recién convertidos hablaron nuevas lenguas, es Marcos. Es lógico pensar que un hecho tan destacado en la iglesia primitiva no haya sido advertido por Jesús. El hecho de que Marcos haya mencionado esto no introduce ninguna superstición. Seguramente la interpretación que muchas Iglesias Evangélicas dan actualmente al término «don de lenguas» es incorrecta, pero no lo era en la Iglesia Primitiva.
Si consideramos la expresión «tomarán serpientes», vemos que el Texto Crítico de Wescott y Hort (1981) agregó «en sus manos” (εν ταις χερσιν). Este énfasis de “en sus manos” daría la idea que que alguien levantando una serpiente con sus dos manos tal como se hacía en ciertos rituales paganos. Pero el Textus Receptus no tiene esta variante. A pesar de que Wescott y Hort no creían en el final largo de Marcos, incluso así agregaron una variante. ¡Irónicamente algunos utilizan esta variante crítica para cuestionar el Textus Receptus! Es más coherente pensar que esto tuvo cumplimiento en aquella serpiente que el apóstol Pablo echó en el fuego (Hechos 28:3) luego de ser mordido sin que sufriera daño alguno.
Respecto a “beber cosa mortífera”, no tenemos antecedentes escriturales al respecto. Pero somos dados a pensar que la persona no tentaría al Señor tomando veneno por sí misma, sino que se refiere seguramente a un atentando en contra de la vida de los creyentes. Ahora, respecto al tema de las sanidades, es indiscutible que muchos milagros y maravillas eran hecha por manos de los apóstoles (Ej. Hechos 8:28 etc.).
Ataques a la narrativa del texto
Se critica que en el versículo 9 se introduce un detalle acerca de María Magdalena que dice: “de la que echó siete demonios”, y se preguntan: ¿Por qué si en el versículo 1 que viene hablando de “las mujeres”, otra vez retoma con María Magdalena? ¿No sería esta una interrupción que nos daría la idea de que el texto debió ser continuado por otra persona? Respondemos a esto que en el Evangelio de Juan se hace casi lo mismo. En Juan 20, el versículo 1 habla de las mujeres que fueron al sepulcro, pero en el versículo 11 se retoma la historia nuevamente con María Magdalena. ¿Acaso podemos considerar apócrifo el texto de Marcos porque da una precisión sobre María Magdalena “de la que echó fuera siete demonios”? Quién se ha familiarizado con los texto bíblicos en su idioma original notará que los escritores bíblicos tenían estilos y giros gramaticales muchas veces muy diferentes a lo que se esperaría en la actualidad, donde existen academias que regulan el idioma. Los críticos utilizan cualquiera de esta “anomalías” para cuestionar la unidad del texto bíblico.
Evidencias en traducciones tempranas de las Escrituras
Hay traducciones del siglo II y IV que contienen este pasaje. Quiere decir que el texto griego en que se basaron fue anterior a los Códices Sinaítico y Vaticano del siglo IV. Algunas de estas traducciones son[iii]:
- Versión Peshita (siríaca) ……………… siglo II
- Vetus Latina…………………………………. siglo II
- Versión Curetoniana (siríaca)………. siglo III
- La Vulgata Latina………………………….. siglo IV
- Biblia Gótica…………………………………. siglo IV
- Versión egipcia………………………………siglo IV
Cabe destacar que incluso un códice valorado por los que tiene la posición del Texto Crítico, el Códice Alejandrino del siglo V, contiene este pasaje. Al parecer, todo parece girar en la preferencia que Westcott y Hort tenían por el Códice Sinaítico y Vaticano. El Códice Sinaítico muestra algunas marcas diacríticas muy llamativas al terminar el versículo 8, como se muestra en la figura:
¿No estarán diciendo estas marcas diacríticas que allí hay una posible omisión o irregularidad del texto?
Algunas citas hasta el siglo IV
A continuación proporcionamos algunas citas de algunos de los versículos que involucran el final largo de Marcos capítulo 16. Algunas son de una fecha temprana, a escasas décadas de los autógrafos.
- Papías (100 A.C.) y Justino Mártin (151 A.C.) citan el último texto del evangelio.
- Ireneo (180 A.C.) cita y comenta el versículo 19.
- Hipólito (190-227 A.C.) cita los versículos 17 y 18.
- Vicencio cita los versículos 17 y 18 en el Concilio de Cartago (256 A.C.).
- 150 años después Agustín cita el mismo pasaje.
- Eusebio (325 A.C) estaba familiarizado con los 12 versículos de este final de Marcos.
- En la homilía de Afraátes (337 A.C.) se cita desde el V.16 al 18.
- Ambrosio, arzobispo de Milán (374-387 A.C.) cita del V.15 al 18.
- Crisóstomo (400 A.C.) cita los Vs.19 y 20 y agrega: “Este es el final del evangelio”.
¿Un final abrupto? ¡No!
Sería muy inquietante que un evangelista terminara su narración de la historia de Jesús con una frase así:
“Y ellas huyeron rápidamente del sepulcro, porque temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.”
Mateo termina con la gloriosa promesa de Jesús: “Estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Lucas hace un énfasis en la alegría de los discípulos en Jerusalén (esperando ser investidos de poder de lo alto): “Y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén”. Juan, mostrando la gloria de la obra de Cristo en la tierra, dijo: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.”
Habiendo cada evangelio terminado de una manera tan gloriosa, ¿acaso Marcos no lo haría? La crítica textual vive sembrando dudas acerca de autores y estilos de escritura para negar que tal o cual porción bíblica no es paternidad literaria de quien figura en los encabezados. Esta clase de incredulidad no es otra cosa que una afrenta al Espíritu Santo, que inspiró las Escrituras. Es triste ver como mucho pastores y teólogos de la iglesia conservadora se han dejado arrastrar por los presupuestos de la crítica textual, en este caso de Marcos 16 acoplándose a la eliminación de un texto clave de las Escrituras que fue creído y predicado por los cristianos de todos los tiempos. Es así que van mutilando la Biblia en decenas de pasajes conocidos (como el mencionado) y en cientos de otros pasajes no tan conocidos. Por eso es muy importante que tanto las iglesias como los seminarios de teología analicen su posición bibliológica, si coincide con la del cristianismo histórico o han sido seducidos por la crítica textual, que siempre usa para atacar el texto histórico de la Biblia el pretexto de los “últimos descubrimientos e investigación”.