La historia de nuestra revisión
En 2023, un evento significativo marcó la historia de la Sociedad Bíblica Trinitaria. Durante este año, se llevó a cabo la publicación y presentación de la revisión de la Biblia protestante tradicional en español, la Reina-Valera, a la comunidad hispanohablante. El mundo evangélico de habla en español—según distintas estimaciones, unos 75 millones de personas—podrá llegar a conocer así una nueva presentación de su primera Biblia, que mantiene intactas sus características originales, pero actualizada para el uso de creyentes e iglesias del siglo XXI.
La necesidad de esta revisión provino de constatar que la versión Reina-Valera del año 1909—una revisión excelente y que jugó un importante papel en la historia de la iglesia evangélica en la primera mitad del siglo XX—adolecía de un problema fundamental para el lector actual, que era el arcaísmo de su vocabulario y de sus formas gramaticales. De hecho, hay que decir que, en algunos puntos, el lenguaje de esta revisión era arcaizante—incluso más arcaico que el del original de 1569 (de Reina) y de su revisión de 1602 (de Valera)—. Asimismo, se constató que esta revisión de 1909 fue, principalmente, una revisión del estilo literario, incorporando una gran cantidad de nuevas palabras que no aparecían originalmente en la Biblia de Reina-Valera.
Tras un primer intento de revisión (en 2001) que no llegó a cumplir con los criterios de la Sociedad, en 2008 se decidió llevar a cabo esta revisión con la creación de un equipo de cinco revisores originarios de tres países distintos. Además de esto, se formaron comités de lecturas por personas exteriores de distintos países de habla en español, que supervisaran básicamente que el lenguaje usado en la revisión fuera comprensible en sus respectivos países.
Los trabajos de revisión del Nuevo Testamento comenzaron, pues, en 2008, y continuaron hasta completarse durante unos siete años. Por su parte, el Antiguo comenzó a ser revisado a principios de 2014, con un equipo entonces de cuatro revisores. La revisión del Antiguo Testamento concluyó en ocho años (en diciembre de 2022).
Los ritmos de trabajo se pueden apreciar en el histórico de publicaciones parciales y del trabajo provisional del equipo de revisión: Evangelio de Juan (2011), Nuevo Testamento (2015) y Nuevo Testamento, con Salmos y Proverbios (2016 y 2020).
Como se puede apreciar, la revisión del Nuevo Testamento tomó casi el mismo tiempo que la del Antiguo Testamento. Entre otros factores, ello se debió principalmente a que fue necesario hacer un minucioso trabajo de análisis del texto griego subyacente en las versiones de 1909 y 1602. Para ello, se comparó el texto de ambas versiones, allí donde podía divergir del Texto Recibido, con la totalidad de las distintas versiones existentes del Texto Recibido. De esta manera, se pudo certificar que todo el texto en español se basa íntegramente las lecturas de la familia del Texto Recibido, y no de alguna edición del mismo en particular. En cuanto a la revisión del Antiguo Testamento, también se ha podido certificar que el texto de la versión clásica de Reina-Valera reflejaba el Texto Masorético en hebreo, sin que haya incursiones en posibles lecturas alternativas críticas (tomadas, básicamente, de la traducción del hebreo al griego de la Septuaginta).
Es importante reseñar que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, allí donde se ha detectado que la versión de 1909 corregía una posible lectura considerada correcta de 1602, normalmente se ha procedido a restaurar la lectura original.
El resultado final de todos estos catorce años ininterrumpidos de revisión creemos que puede ser presentado como cumpliendo las siguientes características:
1) mantenimiento íntegro de la misma base textual que la Reina-Valera original (Texto Masorético hebreo y Texto Recibido griego);
2) mantenimiento de la traducción literal así como del alto valor literario de la Reina-Valera;
3) actualización en cuanto a formas gramaticales, vocabulario y puntuación;
4) armonización, en aras de la consistencia, de la traducción de las mismas palabras en un mismo contexto, en citas textuales en otros libros o (salvo pequeñas excepciones) en pasajes paralelos, si se constataba que contenían exactamente el mismo texto original;
5) todo esto, por último, evitando cuidadosamente la inclusión de palabras que fueran ajenas al registro original de Reina-Valera.
Reconociendo con humildad que no hay traducción de la Biblia que sea perfecta o inspirada, la Sociedad Bíblica Trinitaria se complace en presentar al mundo creyente evangélico de habla hispana esta nueva versión de la Biblia, con la esperanza de que pueda ser usada grandemente por el Señor para la edificación de Su pueblo y para la salvación de pecadores perdidos en el mundo.
La historia de nuestra revisión
En 2023, un evento significativo marcó la historia de la Sociedad Bíblica Trinitaria. Durante este año, se llevó a cabo la publicación y presentación de la revisión de la Biblia protestante tradicional en español, la Reina-Valera, a la comunidad hispanohablante. Estamos agradecidos con la Sociedad Bíblica holandesa Gereformeerde Bijbelstichting (GBS) por su apoyo financiero en la impresión y distribución de la Biblia en español. El mundo evangélico de habla en español—según distintas estimaciones, unos 75 millones de personas—podrá llegar a conocer así una nueva presentación de su primera Biblia, que mantiene intactas sus características originales, pero actualizada para el uso de creyentes e iglesias del siglo XXI.
La necesidad de esta revisión provino de constatar que la versión Reina-Valera del año 1909—una revisión excelente y que jugó un importante papel en la historia de la iglesia evangélica en la primera mitad del siglo XX—adolecía de un problema fundamental para el lector actual, que era el arcaísmo de su vocabulario y de sus formas gramaticales. De hecho, hay que decir que, en algunos puntos, el lenguaje de esta revisión era arcaizante—incluso más arcaico que el del original de 1569 (de Reina) y de su revisión de 1602 (de Valera)—. Asimismo, se constató que esta revisión de 1909 fue, principalmente, una revisión del estilo literario, incorporando una gran cantidad de nuevas palabras que no aparecían originalmente en la Biblia de Reina-Valera.
Tras un primer intento de revisión (en 2001) que no llegó a cumplir con los criterios de la Sociedad, en 2008 se decidió llevar a cabo esta revisión con la creación de un equipo de cinco revisores originarios de tres países distintos. Además de esto, se formaron comités de lecturas por personas exteriores de distintos países de habla en español, que supervisaran básicamente que el lenguaje usado en la revisión fuera comprensible en sus respectivos países.
Los trabajos de revisión del Nuevo Testamento comenzaron, pues, en 2008, y continuaron hasta completarse durante unos siete años. Por su parte, el Antiguo comenzó a ser revisado a principios de 2014, con un equipo entonces de cuatro revisores. La revisión del Antiguo Testamento concluyó en ocho años (en diciembre de 2022).
Los ritmos de trabajo se pueden apreciar en el histórico de publicaciones parciales y del trabajo provisional del equipo de revisión: Evangelio de Juan (2011), Nuevo Testamento (2015) y Nuevo Testamento, con Salmos y Proverbios (2016 y 2020).
Como se puede apreciar, la revisión del Nuevo Testamento tomó casi el mismo tiempo que la del Antiguo Testamento. Entre otros factores, ello se debió principalmente a que fue necesario hacer un minucioso trabajo de análisis del texto griego subyacente en las versiones de 1909 y 1602. Para ello, se comparó el texto de ambas versiones, allí donde podía divergir del Texto Recibido, con la totalidad de las distintas versiones existentes del Texto Recibido. De esta manera, se pudo certificar que todo el texto en español se basa íntegramente las lecturas de la familia del Texto Recibido, y no de alguna edición del mismo en particular. En cuanto a la revisión del Antiguo Testamento, también se ha podido certificar que el texto de la versión clásica de Reina-Valera reflejaba el Texto Masorético en hebreo, sin que haya incursiones en posibles lecturas alternativas críticas (tomadas, básicamente, de la traducción del hebreo al griego de la Septuaginta).
Es importante reseñar que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, allí donde se ha detectado que la versión de 1909 corregía una posible lectura considerada correcta de 1602, normalmente se ha procedido a restaurar la lectura original.
El resultado final de todos estos catorce años ininterrumpidos de revisión creemos que puede ser presentado como cumpliendo las siguientes características:
1) mantenimiento íntegro de la misma base textual que la Reina-Valera original (Texto Masorético hebreo y Texto Recibido griego);
2) mantenimiento de la traducción literal así como del alto valor literario de la Reina-Valera;
3) actualización en cuanto a formas gramaticales, vocabulario y puntuación;
4) armonización, en aras de la consistencia, de la traducción de las mismas palabras en un mismo contexto, en citas textuales en otros libros o (salvo pequeñas excepciones) en pasajes paralelos, si se constataba que contenían exactamente el mismo texto original;
5) todo esto, por último, evitando cuidadosamente la inclusión de palabras que fueran ajenas al registro original de Reina-Valera.
Reconociendo con humildad que no hay traducción de la Biblia que sea perfecta o inspirada, la Sociedad Bíblica Trinitaria se complace en presentar al mundo creyente evangélico de habla hispana esta nueva versión de la Biblia, con la esperanza de que pueda ser usada grandemente por el Señor para la edificación de Su pueblo y para la salvación de pecadores perdidos en el mundo.